jueves, noviembre 15, 2012

Temporal

Días de ánimos caldeados. La situación política del país ha movilizado la sociedad civil, inconforme e indignada por todos los abusos cometidos en su contra.
Las redes sociales han servido de motor para las movilizaciones; protestas pacíficas en ocasiones perturbadas por la rabia del poder que se ve acusado, desenmascarado.
Pese a la claridad de los hechos hay una neblina que cubre el país. Inseguridad, incertidumbre, dolor, rabia, impotencia... Las autoridades no prometen sino vulnerabilidad ante los reclamos. El abuso y el atropello se han unido para golpear a unos ciudadanos dispuestos a dar la cara por su país.
Soy de las que piensa que los cambios los generan las masas. Y el pueblo está en la "calle", dispuesto a ganar la batalla a la corrupción. No tiene miedo, más que el de dejar en manos movidas por mentes retorcidas el futuro de su preciada nación, forjada a fuerza de sangre por nuestros padres de la Patria.
No hay claridad, insisto. Cada mañana nos levantamos esperando algo nuevo, y no precisamente positivo. Se respiran ánimos de revolución y eso inquieta a un pueblo que ha estado silente y oprimido por muchos años, bajo el yugo de los poderosos.
¿Qué pasará? Solo Dios lo sabe. Y contrario a muchos ciudadanos (sobretodo algunos que viven fuera del país), me siento muy orgullosa de mi media isla y de llevar el gentilicio de dominicana.
Este temporal pasará. De esta crisis vamos a aprender muchas buenas lecciones. Seguimos adelante, con fe, con amor, con esperanza. Luchemos y bailemos bajo la lluvia.

martes, noviembre 13, 2012

Dios quiere visitarte


Exactamente el 18 de septiembre, escribí un mensaje para mi hermanos de comunidad que les hice llegar vía mail. Es una costumbre que tengo, a veces, de compartir lo que Dios siembra en mi corazón a través de la lectura de Su Palabra y, al mismo tiempo, acercarme a mis hermanos, sacar tiempo para ellos, e impedir que en vez de separarnos, las tecnologías nos unan.
Quiero compartir este escrito por algo muy particular. Y es porque una de las respuestas de que recibí ese día fue la de publicarlo en algún "sitio" donde otros pudieran leerlo. Aunque me pareció buena idea, han pasado ya casi dos meses, y nada de hacerlo. Así que hoy, luego de leer algo de mi amigo Yuan, me acordé de la petición y bueno, debajo copio íntegramente el mensaje. 

Dios quiere visitarte.
Le doy las gracias y la gloria a Dios por un nuevo día. Porque entre tantas cosas importantes, el se ha tomado el tiempo de visitarme. Y hago esta afirmación en primera persona, pero mi corazón siente la necesidad de compartirles está misma palabra: Dios quiere visitarte. 

No sé cuál es tu realidad; no conozco tu agenda, tus preocupaciones, tus necesidades. Pero en medio de todo lo que estás viviendo, en esta mañana, Dios pone en mi corazón el deseo que tiene de visitarte, de hablarte al corazón, de recordarte lo mucho que te ama. Y que quiere que tomes un momento para sentir un abrazo que quiere darte a través de su Espíritu Santo. 

Hoy vemos en el Evangelio a una viuda que ha perdido ha su hijo. Y Jesús, con tanta misericordia, se acerca a ella y le dice: no llores. 

Hermano, ahí donde estás, Jesús te visita y te dice, no llores. El Señor, a través de Jesús, quiere resucitar lo que esté muerto en tu vida. Confía en Sus promesas y déjate alcanzar por su Poder misericordioso, porque el se ha tomado el tiempo de visitarte hoy. 
Me atrevo, en el nombre de Jesús, a decirte que pongas tu confianza en Él y verás su Gloria manifestarse en tu vida. Y sea lo que sea, podrás al igual que la viuda, darle la Gloria a Dios.
También me atrevo a decir que hay situaciones que no van a salir como lo tienes planeado, porque sencillamente no es lo que Dios tiene pensado para ti. Ahora, ¿te atreves a confiar en sus planes? 

Es mucho a lo que Dios quiere llamarte hoy. Es mucho lo que Dios quiere hacer en su pueblo, en esta comunidad. Pero, ¿está Dios encontrando una tierra fértil en dónde depositar su semilla? ¿Está el Señor recogiendo los frutos de los talentos que entregó? Más aún, ¿está el Señor presente en tu vida? 
Somos un cuerpo, y todos somos parte funcional de él. Cristo es nuestra cabeza, el centro de todo y de todos. Nada ni nadie está por encima de Él. Aun nosotros le quitemos su lugar, el no va a dejar de ser lo que es: El Rey. 

El Señor no es un Dios de favores, al que buscamos solo para resolver necesidades. Vivir una vida de fe (cito a mi hermano Edwin) en un estilo de vida. Tenerlo en nuestro corazón y dejarlo que sea el Rey. Lo demás, viene por añadidura. No tengan miedo de abrirle de par en par las puertas de sus corazones. Dios no quita nada: ¡Él te lo da todo!

Que el amor de Dios llene sus corazones. Que les queme con el fuego de Su amor. Y que María, la madre fiel y paciente, les acompañe en sus dudas y necesidades.  

Shalom, Shalom, 

Nazaret