miércoles, septiembre 15, 2010

Familia


El resplandor de la mañana
toca suavemente el hogar:
las sillas vacías, las hojitas de la jardinera.
La yerba empapada de rocío.

Aparecieron, de repente, dos niños jugando.
Uno se tumba en mi regazo, riendo,
metiendo su cabeza entre mis piernas enfundadas
en pijamas. Lo abrazo.

El otro, a mi lado, pega su carita a mi pecho:
para escuchar tu corazón, me dice. Sonrío y,
papá está afuera, en la acera, toma café, quizá.
La imagen se desvanece con el chirrido de los
vehículos: son las 8:35 de la mañana.

lunes, septiembre 13, 2010

Ruego

Dame vida, una tregua, enterrar la memoria.
Respirar quiero, no sólo un suspiro.
Llevar al mar todas las cruces
dejar que sus aguas mitiguen sus dolores.

Seguir el camino, labrar en el calvario
pegada a Tu rostro.

Mirar adelante el firmamento.
Levar anclas, que el corazón no muera
sin saber que esta vivo.
Que no tiemble el barco
ni se precipite el tiempo
que la herida hondar puede
y desangrarse con todos sus lamentos.
Llena de esperanza
ver el fruto, quiero.

Seguir el camino, labrar en el calvario
pegada a Tu rostro.

Osar la mirada, el ruego
abrir el corazón, de-nuevo.
Quemar el llanto y lanzarlo al vacio
del mar impetuoso.
Qué es mejor dejar que el viento sea viento
que el tiempo, sea tiempo. Y el olvido, olvido.