viernes, julio 24, 2009

Me sabe a utopía


No quiero ver más pedigueños en las calles.
Ni niños limpiando vidrios cuando deberían estar en la escuela o siendo simplemente eso, niños.
No quiero más pobreza debajo de los puentes y a orillas del río.
No quiero más muertes injustas, ni más drogas destruyendo sueños.
No quiero más viajes en yolas que se pierde en el mar, devorados por la desesperación.
No quiero más políticos corruptos, que se aprovechan del poder y de la buena fe del pueblo.
No quiero más injusticias sociales, ni derechos abusados, ni pena de muerte para los que no tienen dinero para pagar una clínica ni comprar sus medicinas.
No quiero más humillaciones. No quiero tanta inconciencia. No quiero tanta explotación.
No quiero ver sucumbir mi tierra con algo que se parece a la bomba atómica.
No quiero ver animales sufrir en manos del hombre que fue hecho para cuidarlos.
No quiero abusos sobre los más débiles y que no pueden defenderse.
No quiero más mentiras de los poderosos, que se creen más que todos, porque creen tenerlo todo, menos dignidad y moral.
No quiero más estudiantes "quemados" injustamente. No quiero un sistema educativo que sólo sirva para los que pueden pagar.
No quiero más abusos de parte de los transportistas que se piensan los dueños de este país.
No quiero ver llorar a alguien porque no ha conseguido a las 8 de la noche su primera comida del día.
No quiero ver más gente sin dolientes, que llora sola, recostada en el hombro del sin sentido, y secando sus lágrimas con el pañuelo de la falta de amor.
No quiero más indolencia soleándose tranquilamente en las paradisíacas playas de la indiferencia, sin que les remuerda la conciencia.
Sé que suena a utopía. Sé que no es lógico que pida, que quiera esto. Pero no puedo evitarlo.
Mientras camino por las calles de mi ciudad, de pie en una "voladora" o veo las noticias, se me marchitan las alegrias y se me encoge el alma. Los sueños me lo debora la desconfianza que humean las calles.
Perdóname Dios por mi inconformidad, perdona mi desconsuelo. Perdona si me he quedado callada. Perdona las veces que no he llorado con mi hermano, perdona si me he olvidado del más necesitado. Perdona mi egoismo que no me permite ver más allá de mi, y después de mi.
Perdona mi inercia, mi miedo por luchar, por levantar mi voz. Perdona mi falta de caridad, de amor. Perdona.
Quiero un mundo de igualdades, de justicia, de respeto a los derechos a los demás, sin que importe la marca de su pantalón, de sus zapatos o si anda a pie.
Quiero alimentos, salud y educación para todos.
Quiero políticos honestos. Quiero... pero mejor no sigo. Me sabe a utopía.

2 comentarios:

Miguel E. Brito dijo...

Como siempre EXCELENTE, no dejas de sorprenderme...Que Dios nos vaya dando las herramientas para aportar nuestro granito de arena para hacer de este mundo un lugar mas justo. Donde sobreabunde el amor.
Animo...!

Nazaret Espinal dijo...

Ánimo, lo necesitamos. Gracias Mi!