viernes, abril 16, 2010

Transición


Cambié de trabajo. No sabía cuantos giros te da la vida cuando ésto sucede. Ha sido interesante. Escribo mucho y tengo muchas ideas. Mi mente no se detiene y todo lo que me rodea me inspira, me entretiene, me ilumina los sentidos. Hasta la nueva ruta para llegar hasta mi nueva casa de creaciones, trae sus propias historias. Todos los días surge una ocurrencia en el carro público. O en el puente peatonal que cruzo una esquina antes de la Defilló, encima del agitado tránsito y los trabajadores que retuercen el ánimo de los que pasan, con todas sus maquinarias pesadas y ruidosas.
La gente parece distinta. A veces me siento como si viajara en algún otro lado. Por cierto, me llevé tremendo susto este lunes pasado en la mañana, cuando viaja embutida en un carro público ruta 27 hasta el 9 de la Autopista Duarte. Justo llegando a la Avenida Abraham Lincoln la boca abierta de una serpiente gigante me roba el aliento y me deja totalmente desconcertada. El Parque Temático que se inventó nuestro querido Síndico, armó tremenda polémica dentro de aquel mundo destartalado y dísimil, que sentí pesar de pedir parada ante aquella discusión. Hay que ver que el dominicano sabe de todo, pero eso es otra cosa. La realidad es que el proceso de cambio, la transición, ha sido difícil, con todo y mis aventuras y las inyecciones de inspiración.
Extraño mucho a mis antiguos compañeros de trabajo. Aunque no me puedo quejar de mis nuevos compañeros. Me hacen reír... pero, como me decía anoche Don Brito, -a falta de que su hija Indhira me atendiera al teléfeno-: "los cambios siempre nos afectan... son difíciles. Es un proceso... pero ya pasará.... ". Si... ya pasará.
El cambio ha llegado además con una fuerte brisa dejándole a mi vida una hojarasca impertinente. Se ha nublado un poco el cielo y me dan ganas de estar lejos, de apartarme de todos, de dejar que la hojarasca cresca, que me arrope entera con sus hojas marrones y crujientes... pero sé que no debe ser así. Que tengo que levantar la cabeza y tomar la escoba y barrer, barrer, barrer, hasta el cansancio. Luchar por seguir adelante, sin dejar que lo "humano" me aniquile y me arrebaté el optimismo. Si. Seguiré creyendo en las personas, aunque me fallen. Perdonaré, porque es la mejor medicina para el corazón y es la llave del amor... Amaré, aunque parezca una locura, aunque me cueste la vida. Sonreiré, aunque se me salgan las lágrimas. No dejaré de ser sensible. No dejaré que mi corazón se vuelva una roca. Lucharé. Yo sé que esto es un mal momento. Sé que Dios me ayudará. Que juntos lograremos terminar la obra que Él ha empezado en mí.
A los que me conocen, a los que han estado conmigo, rueguen por mi. Lo necesito. Los necesito. No tomen en cuenta si les sorprendo con silencios, o hasta con dureza. Sigo siendo yo. La niña que sueña y que, porque a decido amar y luchar por lo justo, ha encontrado muchos tropiezos. Pero sigo siendo... yo.

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