viernes, junio 12, 2009

En tus manos

Resacada de cansancio. Adormecida, con dolor de cabeza. Ayer. Ayer fue un día difícil, si. Asomé al umbral de la casa, pasada las 11 de la noche, cuando el mismo me vio salir, a las 9:30 a.m. Hoy, estoy molida. Mis ojos, los pobres, estan apagaditos. No pudieron cerrar bien sus párpados durante las cinco horas que les correspondía, aunque ganas no le faltaron. Pero es que palpitaba el lado izquierdo de mi frente, como síntoma de la migraña que heredé de mis padres. Y como el cuerpo funciona conjuntamente, por uno, pagan todos. El agotamiento me permitió, de cuando en vez, caer rendida en los brazos de morfeo. Pero fue tan efímero. Los pálpitos tocaban mi cabeza cada vez con más fuerza. Por suerte, el café de Papá, fue mi aliciente. Si, la cafeína sirve para la migraña. Es la sustancia que tienen las pastillas (como el Sumigran, que cosumo) para combatir este mal. Gracias a eso, me siento con algo reanimada.
Con todo, me siento muy contenta. Ayer, a pesar de lo atenuante del día, la pasé muy bien con quienes estuve "rodando". Estabamos, Chiky, Jenny, Elizabeth (luego se nos unió el Chino) y esta servidora, en misión pre-retiro. El trabajo fue arduo, pero concluimos, ya al final de la noche, ahora con Mario y el Padre Miguel, que valió la pena. Claro que sí. Ver los rostros felices de aquellos a quienes sus padres les decían "si" para ir al retiro, era el mejor pago a la subida de escalones hasta una cuarta planta, encaramada en unos 'tacos'. Recuerdo en especial la sonrisa tierna e ingenua de la abuelita de Joanna; ella parecía mas contenta por nuestra visita, que la misma nieta. Al final de la travesía, recostados casi unos encima de los otros, en el interior de la "negra pola" (el carro de Chiky) echámos las últimas carcajadas de la noche, recordando incidentes, ocurrencias y pensando en las cosas maravillosas que Dios hará este fin de semana. De eso estamos seguros, por fe!
Ahora, sólo nos queda ponernos en las manos de Dios. Que el termine la obra. De mi parte, confieso que se me agotaron las fuerzas. Mejor. Porque justo ahora aumentan las de Dios. Me basta su Gracia. Su mayor fuerza se manifiesta en mi debilidad.
Señor, todo está en tus manos. Ya tu sabes. Bótate!

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