lunes, abril 13, 2009

Luz de Cristo


¡Qué alegría! Vivir la Pascua, el paso de Cristo de la muerte a la vida y que conduce a los cristianos al camino de la libertad plena de estar con Dios. La Pascua: esa gran fiesta que nos recuerda la gran victoria de Jesucristo sobre el pecado; el amor tan inmenso de Dios, del que nada ni nadie nos puede separar. Que siempre tenemos la oportunidad de reconciliarnos con Dios, de decirle ¡NO! al pecado, de levantarnos victoriosos y resucitar con el Amado a la nueva vida.
La Pascua. Que hermosa es la Pascua. Y yo estoy feliz de poder contar con esta celebración que como decía el Padre Frank en la homilía, nos hace recordar que todo lo que nos toca padecer por Cristo, vale la pena. Yo, estoy orgullosa de mi Iglesia, de ser cristiana católica. Porque no es más fuerte el pecado que nos hace perecer... no. Dios nos perdona, nos acoge y nos bendice, porque mira nuestro corazón arrepentido. Es más fuerte la Gracias de Dios que nos ayuda a caminar este sendero de trampas y desventuras, pero también de alegria, gozo y felicidad.

Yo he vivido esta Pascua de una forma maravillosa. Ya han pasado 8 años desde la primera vez que me encontré con Jesús y siempre puedo dar un testimonio, y saben por qué. Porque Dios hace nueva todas las cosas. Y yo soy testimonio vivo de que eso es real. Esta Pascua, me mostró que nunca debo perder la esperanza, ni la fe. Que es importante la oración y que no importa cuánto pueda pecar, el amor de Dios es más grande que todo, y me abraza para perdonarme. Me enseño que debo pagar con bien el mal que recibo y estar dispuesta a esperar que siempre se haga la Voluntad de Dios en mi vida... esperar en oración y trabajando.
Yo me sentía tan indigna del Señor precisamente el día de la Vigilia... pero Dios tiene tan buen sentido del humor... que hizo que yo lo tomara con calma y viviera una experiencia sin igual.
Que más puedo pedir. He resucitado con Cristo, mi AMADO, que siempre esta con los brazos abiertos para recibirme.


Estos son algunos de mis amigos quienes tuvimos la oportunidad de vivir la Pascua. Estamos con velas, para celebrar la Primera Comunión de el hermano Eduardo (el de la camisa y corbata negras) quien esa misma noche recibió por primera vez el Cuerpo y Sangre de Cristo.

1 comentario:

Solange dijo...

Hola Nazaret!

Vaya que bella experiencia!! conchole que lindo escribes!!!!

Te mande un correo!
Espero que estes super bien!

Un abrazo!