martes, enero 27, 2009

Un día de esos

Otra vez hoy es un día de esos, un 'día gris' en el que todo se nubla o así parece. Casualmente el tiempo se encuentra así como yo, indefinido.
Figurense. Empecé mi jornada de forma natural, pero algo irritada, incómoda. Lo mismo de siempre. Ya debo estar acostumbrada, pero no. "No me acostumbro, no. No me acostumbro. Hice mil cosas para comenzar de nuevo. Y al despertar amor, tiemblo de miedo..."
Si, yo le rogué sin cansancio al Padre para lo que Él y yo sabemos... Es que a veces ya no lo aguanto. (Perdón Señor).
Hay le vamos. Mientras, en esta fría salita de redacción, me acurruco en mi abrigo de lana, esperando a que lleguen las ideas para iniciar el trabajo... pero me huele a que se quedaron dormiditas con el friíto y no quieren levantarse. No las culpo. Esta vez no las amonestaré. Las dejaré descansar, cosa que no hago ni cuando estoy enferma. Pobresitas...
Adiós. Algo de poesía para despedirme. Recordando mis años de colegio, mis primeros roces con la Lira.

Cuán corta encontraré la noche eterna
para soñar contigo.
Fabio Fiallo, For Ever


Plenilunio

Por la verde alameda, silenciosos,
íbamos ella y yo
la luna tras los montes ascendía,
en la fronda cantaba el ruiseñor.

Y le dije... No sé lo que le dijo
mi temblorosa voz...
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor,
y la amada gentil, turbada y muda
al cielo interrogó.

¿Sabéis de esas preguntas misteriosas
que una respuesta son?
Guarda, ¡oh, luna, el secreto de mi alma
Cállalo, ruiseñor!

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