jueves, diciembre 04, 2008

Jesús proclama en Nazaret su misión



Seré atrevida, pero Dios sigue hablándome. No muy claro, pero creo que le estoy cogiendo la seña, jejeje! No tiendo a abrir la Biblia y leer lo que aparezca, pero... anoche lo hice justo en esta lectura y siento que esas palabras van dirigidas a mi.

La lectura es de Lucas 4, 14 en adelante, dice:
"Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama corrió por toda la región. 16. Llegó a Nazaret, donde se había criado, y el sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre. Se puso en pie para hacer la lectura, y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el siguiente pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mi. El me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de Gracia del Señor".
Palabra de Dios.

En este preciso momento, me llega a la mente esta canción que cantó Miguel hace muchos años atrás, en una charla durante un taller de teatro. No tengo la menor idea de quien es y creo que ni el mismo se acuerda. Decía: “yo soy la sal, que puede dar sabor, a la vida. Yo soy la luz, que tiene que alumbrar, llevar a Dios”.

Entiendo Señor. Gracias... Una misión, como decía Salvador Gómez. Yo sé que nací para servir, para dar. Todavía no estoy muy segura en qué, pero sé, siento que mi vocación es el servicio a los demás... con amor.

¡Oh Señor! no es fácil seguirte, pero aquí estoy. "Aun en la tormenta, aún en la tempestad. Aún lejos de los mios, aún en mi soledad. Te alabo, te alabo en verdad. Pues sólo a ti te tengo, pues tu eres mi heredad. Te alabo, te alabo en verdad".
Martín Valverde.

"Fíjense que llamamos felices a aquellos que fueron capaces de perseverar". Santiago 4, 11.

Amén

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