martes, marzo 03, 2009

Busco, quiero...


He fallado, soy humana. Me lamento, lo necesito. Busco ayuda, una guía. Me da miedo, soy cobarde. Muerdo mis uñas, siento nervios. Miro al cielo, ¿un consuelo? Busco una caricia, me siento sola.
De rodillas, quiero humillarme. Soy pecadora, eso me duele. Pienso en Cristo, eso me anima.
Busco un rostro, encuentro espinas. Busco una rosa, no mentiras. Pido paciencia, Dios me da pruebas. Quiero amor, encuentro lo opuesto. Quiero un abrazo, tengo frío.
Me despierto, pero no quiero. Busco una voz, escucho el silencio. Quiero entender, más me confundo. Quiero gritar, estoy sin voz... Quiero llorar, ¿dónde está el hombro?
Busco justicia, se me perdió. Busco dignidad, ya no hay pudor.
Cuando hay una luz, de repente se va. Habla Jesús, te quiero escuchar.
Muchas lágrimas han de caer, buscando respuestas, venga a usted a ver.
Y muchos dormidos en sus laureles, ni se dan cuenta, ni se conmueven.
Otros borrachos de la ambición no les importa la destrucción.
Hay muchos muertos de soledad, buscando alguien con quien hablar. Tan sólo eso, con quien hablar.
Pero andamos rápidos, muy ocupados, con la maleta llena, de nuestro afán. Sin mirar a los lados, sin preguntar: ¿He aquí alguien que se sienta mal?
El egoismo corroe el alma, "si yo estoy bien, el otro no importa". Hay que buscar, siempre tener, para llenar así, la absurda avidez.
De pronto la vida choca de frente, para despertarnos del largo letargo. ¿Será muy tarde? Nos preguntamos.

"Te vas Alfonsina con tu soledad
¿que poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal,
te requiebra el alma y la está llevando.
Y te vas hacia allá como en sueños.
Dormida Alfonsina, vestida de Mar..."

No hay comentarios: