viernes, marzo 20, 2009

Las manos



De pie iba en la "31" a las 7:45 de la noche. Me dolían tanto los pies que ya casi ni los sentía (no exagero). Por 'suerte', desde que llegué a la "cocina" un joven se apresuró por tomar los libros que cargaba en mis brazos. Le di las gracias entre un suspiro de alivio. No soy de las que espera que "el hombre" ceda el asiento sólo por ser mujer. Así que este gesto fue más que suficiente para aliviar mi cansancio.
En la ventana que tenía de frente, miraba mis labios. Justo antes de subir a la guagua, me los había humectado con un "gloss". Ahora debo hacerlo con frecuencia, pues debido a unos antibióticos que estoy tomando, se resecan mucho. En mi descuido, suelo lastimarlos con un ligero rasguño que les doy con los dientes... A manera de cubrir y evitar otras laceraciones, pinto mis labios. Como lo había hecho sin mirarme en un espejo, me aseguro en el que tengo improvisado frente a mi, que no me parezco a "cachita". Todo está bien.
A mi derecha hay dos jóvenes, una mujer y un hombre, que conversan entretenidamente. Me olvido de mis labios, y los observo. Uno a lado del otro, sentados, se notan embullados en una conversación interesante. Imagino que hablan de algo de la universidad. Ella lleva una carpeta de dibujo sobre sus piernas, y creo también, una pequeña regla "t". El sólo lleva una mochila. Pienso entonces que no estudian lo mismo.
Por alguna extraña razón ellos captaron mi atención. Una que otra vez, yo los miraba de refilón a través del cristal de la ventana. Los husmeaba, esta bien.
Resulta que estos dos muchahos no eran simplemente amigos, aunque a primera vista, sólo eso parecía. En un momento, que tal vez nadie más notó, se besaron. Pero fue algo rápido... hecho sin estrépito ni alarde. A mi me sorprendió. Se preguntaran por qué. He aquí la razón de mi asombro. Y el motivo de la inspiración de hoy.
En este mundo que va tan acelerado, son muy pocos los que son 'novios'. Ir a comerce un helado, ir al cine, caminar tomados de las manos, es perder el tiempo y estar "atrá". Todo es "vamo' a lo que vinimo" y se acabó el evento.
Las parejas andan por la calles desnudándose. Como si el mundo se les fuera a acabar y tienen que estar en todos lados haciendo, lo que llamamos, un "show". No niego ni me opongo a las muestras de afectos. Por el contrario. Pero en mi humilde parecer, hay cosas que en público no se hacen. Eso es parte de la intimidad de la pareja.
Recuerdo que una vez, en una misma "31" una pareja que estaba de pie, no perdía un segundo en mostrar su "amor" (ustedes imagínense). Imagínense también la incomodidad de quienes sufríamos espectantes... (A veces me pongo a pensar que más que amor, es deseo, puro deseo...)
Entonces, estos jóvenes de ayer iban todo el camino "conversando". Muy normal, cual buenos amigos. Por eso mi sorpresa al verlos besarse. Lo que menos parecían eran la típica pareja de novios modernos. Justo en mi otro "flanco", les cuento, estaba otra pareja "enllavada" con los brazos. El muchacho casi encima de su novia no dejaba que se le viera la cara...

Me puse a pensar: "Porque las parejas ya no se toman de las manos. Caminan por la calle abrazadas, pero casi nunca se toman de las manos". Me detuve un momento. Ese gesto de tomarse de las manos, siempre a significado para mi un gran valor... Pienso en Dios. En su Palabra, se mencionan siempre las manos. Recuerdo citas de la Biblia: "Te sostengo con mis manos", "Jesús toma al ciego de la mano y lo saca de la ciudad", "Humillense bajo la Poderosa mano de Dios". Jesús impone las manos, toca con las manos... Pero esta es la cita que más me conmueve. Es de Isaias, muy conocida: "Yo te llevo grabado en la palma de mi mano". Reflexiono. ¿Por qué no dice grabado en el corazón? ¿No es acaso más significativo el corazón que la mano? No sé. Me da curiosidad. "Justamente nos lleva en la palma de su mano". Que sabio es nuestro Dios.
Rápidamente llegan a mi mente tantas cosas... Si los novios "perdieran" su tiempo en tomarse de las manos, tal vez habrían menos enfermedades, menos embarazos no deseados, menos abortos, menos maltratos, menos violencia, menos miedo al matrimonio, menos niños abandonados en las calles...
En cambio habría más respeto mutuo, más alegría, más 'compañía', más ternura (si, existe), más dignidad, más AMOR.

Como dice la canción de Servando y Florentino: "Paso a paso, antes del beso, un buen abrazo... Tranquila niña, vamos despacio, que si nos fallan las ganas, nos arrepentirremos, mañana".
Yo me pregunto, ¿por qué tanta prisa? Amor y control, dice Ruben Blades... Amor y control.
Las manos... Qué importantes son las manos.


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