jueves, marzo 12, 2009

Cuestión de segundos

Antes de acostarme tomé la guitarra en mis manos. La abracé y aspiré su olor tan peculiar... algunos dicen que huele a mi.
Toda la casa estaba a oscuras. Casi siempre soy la última en acostarme, pues mis rituales son muy largos y tengo que cumplirlos cabalmente, o sino, no puedo dormir.
Luego de tomar mis medicinas, tuve una inspiración. Sentada a la vera de la guitarra no pude resistir y comencé a entonar una canción. A penas unas dos horas antes, había pasado un pequeño susto en una "voladora" camino a casa de la universidad. Es el segundo en menos de una semana...
Mientras tocaba, pensé en lo rápido que se nos puede ir la vida, como el agua que se escurre entre las manos. Me detuve y abracé nuevamente a "mi niña, mi lola". Sentí que ella me comprendía... necesitaba tanto un abrazo... volví a tocar.
El tono de "Sol" empezó a escucharse levemente entre la sala casi oscura. "Me rindo a ti" una canción de Miguel Horacio, salía de mis labios y mi dulce guitarra, tocada con los ojos cerrados, no falló en su entonación. Repetí varias veces esta parte: "pues tu eres todo amor (hoy me rindo a ti) y en tus brazos no hay temor... Hoy me rindo a ti".
Cuando creí terminar, me recosté a "mi niña", abrazada a ella. A manera de oración, pronuncié esta canción, también de M.H.: "Estoy cansado de este amor, que viene y se va, que viene y se va. Por eso vengo a ti, que siempre estás... Tu siempre estás...". Casi dormida estuve unos minutos. Cuando volví en mí, con un beso me despedí de mi lola y fuí a descansar. Los ojos me pesaban tanto... tuve un choque de nostalgía, que se esfumó muy rápido.
Al levantarme esta mañana me dije a mi misma: "estás en las manos de Dios... tranquila".
Y hoy no he parado de darle gracias por mi vida. Espero poder disfrutarla con alegría, cada segundo, cada instante...

Antes de despedirme le pido oración por un vecino de mi comunidad que tuvo un principio de trombosis. El es papá de unos amigos de infancia, que algunos que leen este blog quizá conocen. Su nombre es Plácido. Padre de Ana, Jeison y Karina. Esperemos en Dios que siga mejorando y pronto esté en casa.

No hay comentarios: