Hace días que magullo palabras en mi mente, sin dejarlas salir. He sufrido su encierro, pues si ellas, mis palabras, están presas, también lo estoy yo. Por eso sin pensarmelo mucho resolví escribir como fuera al menos algunas líneas para dejar salir a sorbos todo lo que he estado viviendo en estos días.
La vida es un viaje, en la que cada uno somos "pasajeros". Durante nuestro paso ocurren un sin fin de aventuras increibles, algunas dignas de contar, otras, no tanto. Y, desde mi lugar de los hechos, quiero mostrar -a veces con alma de poeta, con nostalgia, dolor, alegría o música- todo lo que se me o me ocurra. Tal como soy: versátil, sencilla y auténtica.
lunes, febrero 22, 2010
Confianza
Hace días que magullo palabras en mi mente, sin dejarlas salir. He sufrido su encierro, pues si ellas, mis palabras, están presas, también lo estoy yo. Por eso sin pensarmelo mucho resolví escribir como fuera al menos algunas líneas para dejar salir a sorbos todo lo que he estado viviendo en estos días.
lunes, febrero 01, 2010
Seguirte Jesús
Ayer celebrábamos el día de la Juventud y elegimos el tema que titula este post como centro de la convivencia que tanto los grupo de oración Jesús amigo como Más que vencedores decidimos realizar para celebrarlo, y de paso dar a conocer un poco acerca del carisma de Don Bosco, personaje que inspiró esta fecha en nuestro país.
La experiencia, de manera personal fue maravillosa. Edificante y refrescante. A pesar de que al final del día cuando decidí escribir este comentario, estaba muerta de cansancio, me sentía renovada y convencida de que seguir a Jesús ha sido la mejor inversión y la mejor decisión que he hecho en mi vida. Y que, sobre todo después de haberlo pensado en estos días, no me arrepiento de estarle dedicando mis mejores años, mi juventud, mi ánimo para servirle y para predicar su Palabra. Mostrarles a otros esta Buena Nueva que, como dijo Jhonatan, el instructor, no vale la pena, sino que vale la vida. Y como dice una canción: "...Cómo escapar de Ti, como no hablar, su Tu voz me quema dentro". Definitivamente, Jesús es lo mejor que me ha pasado y obedecerle a pesar de que muchas veces no entiendo sus caminos, sus decisiones, estoy convencida que estar a su lado es lo correcto y el secreto de la felicidad, de mi felicidad.
Confirmo mi llamado. Vuelvo a decirle que sí a Jesús. Estoy segura que quiero seguirle. Tan sencillo como se escribe y tan difícil como es en la vida real. Ayer, a través de mis amigos, de mis hermanos en Cristo, estuve tan alegre. El día fue, a opinión de algunos, excelente, para la Gloria de Dios. Yo les secundo. Y le agrego: fue maravilloso. Nada ostentoso nos caracterizó. Tuvimos a Jesús. Su presencia nos acompañó y que más podíamos necesitar. Lo que sentí me hace cantar como el salmista: “mejor es un día en tus atrios (o en tu casa) que mil fuera de ellos. Porque estar en el umbral de tu casa es siempre mejor, que habitar en los palacios”. Es así. No lo puedo explicar. Pero es así.
He tenido la oportunidad de experimentar varios estilos de vida. He saboreado un tanto la fama, la popularidad. He estado en grandes mansiones, he compartido con gente “importante”, de poder. He estado en fiestas, con todo tipo de comida, bebidas, música. He ido a buenos hoteles. He sentido el amor y la pasión de un beso. La adrenalina de hacer lo que te gusta, como en mi caso escribir, leer un buen libro, un buen poema. De bailar, que me encanta, de escuchar música. Pero nada de eso se compara con estar en la presencia del Señor, de sentirme amada por Él. Y mi intención no es restarle méritos a lo antes mencionado. Lo que quiero significar es que nada de eso tendría sentido si no va de la mano de Jesús. No sabe igual. Es como comer arroz o plátanos si sal. Bailar sin música. Es tenerlo todo y al mismo tiempo sentir que no tienes nada. Y sé que algunos de los que lean esto saben a lo que me refiero. No hay palabras que puedan describirlo. Esto hay que vivirlo. Prueba y verás que bueno es el Señor. Yo lo garantizo. Estar a su lado es vivir a plenitud. Jesús, aquí estoy. Quiero seguirte. Conduce Tú mi vida.