He sentido unas ganas enormes de escribir, ¡gracias a Dios! Estoy muy contenta del cansancio que tengo, porque significa que tengo algo que hacer. Y si tengo algo que hacer, es porque soy útil.
Me encuentro en la antesala de uno de los tiempos más importantes de mi vida: la pascua. He tenido una cuaresma maravillosa. Una verdadera y llena de espinas, para la Gloria de Dios. Sonara a locura, pero en medio de las pruebas es donde se puede experimentar la misericordia y el poder de Dios.
Hay momentos en los que me he sentido como Jesús en el Getsemaní: angustiada, con ganas de salir corriendo. Y sin otro remedio que abandonarme completamente a la Voluntad de Dios. No porque quiera. Sino porque Dios es el que dirige mi vida y en ella se hace lo que Él diga, me guste o no, jejejeje!!
Estoy aprendiendo tantas cosas. Cada día trae enseñanzas escondidas en el gesto más sencillo. Me levanto y al abrir los ojos, le pregunto a Dios: "Dime, que sorpresas tienes hoy para mi".
Lo digo con cara de niña traviesa y me imagino a Dios con su sonrisa de travieso.
Voy por las calles con los ojos bien abiertos y trato de disfrutar cada minuto, ya sea subida en una guagua de pie, apretujada, o en un carro público, o caminando, no importa.
Siento en mi interior una fuerza que me sostiene. Una presencia que me acompaña en cada paso que doy. Me siento segura, tranquila. Dios está obrando, de eso no me queda la menor duda.
El panorama a veces se empaña y de inmediato Dios manda su ángeles, (porque eso son mis amigos y la gente que me rodea: verdaderos ángeles) y siento que me levantan y las historia vuelve a tomar su curso.
Chanfles!!! Ya me tengo que ir. Mañana les continúo la rola. ¡Ah! De paso aprovecho para pedirles que oren por la Pascua Juvenil, Misión Vida Nueva al Ritmo de Jesús... lo necesitamos muchísímo. Les confieso algo: tengo la convicción de que será inolvidable.
Nos chequeamos. Y gracias a todos los que se han integrado a este humilde blog, expresándome su opinión y agrado. Gracias por leerme. Eso me ánima.