Reflexión.
Cuando en la vida atraviesas por momentos difíciles, tienes dos opciones: dejar la cabeza abajo o levantarla. El riesgo que corres es el de perderte lo que hay para tí si no te atreves a levantar la mirada. Es posible que la respuesta que esperas esté más cerca de lo que piensas. Incluso puede estar frente a ti, o mejor aun, venir hacia ti, como en este caso lo hizo la guagua, lo que también significa que "eso" que buscas, puede estar en el lugar que menos te imagines. Pero si tienes los ojos en el suelo, te lo perderás. No lo verás.
De todos modos los problemas seguiran existiendo. Son parte de la vida. En nuestras manos está decidir dar la batalla o rendirnos. Asumirlos con valentía o cobardía. Ser positivos o negativos. Verlos como desgracias o como oportunidades. Que sean piedra de tropiezo o puentes hacia la madurez y el crecimiento. Una maldición o una bendición. Un problema... o una enseñanza.
Está en tí y en mí decidir que serán, que son. Aunque sea difícil y doloroso. Todo obra para bien a los que esperan en Dios.
Los impulsos son los que nos mueven a actuar. Tenemos dos opciones: dejarnos llevar por ellos o ignorarlos. Es tu vida. Tu decides.