Pinta el día colores nuevos, brillantes, llenos de una luz que se deja adivinar.
Girones de crayolas hacen siluetas de amor que, tendidos en la yerba, juegan a ser niños.
Las brisa habla de flores y de verdes praderas. Canta de sueños empapados de cristales de sol, mientras el rocío contempla el baile de las hojas.
El susurro del viento arropa las pieles vulnerables al amar. Las creaturas contemplan admiradas la hermosura que surge donde parecen juntarse el cielo y la tierra.
Se deslumbra el corazón ante los latidos del río a través de la piedras.
Las palabras tienen forman de estrellas, de luna congelada.
El firmamento retrata un beso claroscuro: tímido, fugaz... apasionado.
El vino seduce el paladar sediento.
Hay una dulzura que embriaga en el calor del fuego, que intenta apaciguar el frío de la noche.
Hay deseo de más.
1 comentario:
Bellisimo post, me encanto.
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