Ayer el país se detuvo en una sola noticia: apareció José David Figueroa Agosto, el prófugo más buscado desde septiembre 4 del 2009. La noticia la escuché en voz de mi hermano, que sorprendido salió del cuarto, diciéndo: "atraparon a Agosto". En principio, me costó creerlo. Pero la credibilidad de la periodista que difundía la información, Alicia Ortega, alivió un tanto mi escepticismo.
Desde ese minuto, yo, al igual que el resto del país, estaba en sintonía con la captura más esperada. Las redes sociales encabezadas por twitter saltaban en comentarios alusivos a Agosto. Dominicanos al fin, cada quien iba dando su opinión con su toque personal. Con humor, decían que podrían celebrar su cumpleaños porque apareció el mes de "agosto". Otros se referían al Pulpo Paúl, como el resposable de develar el paradero del buscado narcotraficante. Mientras, las cadenas de noticias del país se movilizaban en entrevistas con las autoridades, consultaban abogados para saber que pasaría de ahora en adelante. Algunos, como Alicia Ortega, hacían un recuento desde el momento en que se desató esta "telenovela", anunciando sus vínculos con altos militares y personalidades del país. Sus bienes, posesiones, y demás extravagancias. Cómo se movió durante diez años en nuestro país con diferentes identidades y todo con la ayuda de gente de poder de este país; algunos muertos, como el General González y González, el primero en caer de la saga y acusado de ser su princiapl enllave, quien le permitiera anadr como civo sin ley en nuestro territorio. Y así, fuimos recordando la historia que encabezaba los diarios día tras día, con los implicados y las conjeturas de todo tipo frente a este caso.
Por fin, el día de ayer con todo y truenos y una tromba marina que dicen sucedió justo en el momento en que capturaban a Figueroa Agosto en Puerto Rico.
El tiempo se ha detenido en esta noticia y por varias semanas será la comidilla en los medios de comunicación, en los carros públicos y en todo tipo de reuniones.
Aún quedan muchas interrogantes sin respuestas. Tras el rostro relajado y transformado del condenado a 209 años de prisión, se levanta una nube de dudas. Que pasará con la red de sus implicados en este país. Caerán los verdaderso responsables que colman la esfera más alta del poder dominicano y que de seguro está cubierta temblorosa bajo un manto tan oscuro como sus fechorías.
Queda esperar. Porque más que cantar victoria, nos damos cuenta de cuán contaminada está esta preciosa media isla que pretende camuflar la inmundicia de sus corruptos y sin verguenzas entre conciertos y con palmeras y playas de agua cristalina. Mucho cuidado, no hay que dejarse engañar. "Pan y circo".
La vida es un viaje, en la que cada uno somos "pasajeros". Durante nuestro paso ocurren un sin fin de aventuras increibles, algunas dignas de contar, otras, no tanto. Y, desde mi lugar de los hechos, quiero mostrar -a veces con alma de poeta, con nostalgia, dolor, alegría o música- todo lo que se me o me ocurra. Tal como soy: versátil, sencilla y auténtica.
domingo, julio 18, 2010
lunes, julio 12, 2010
La encontré
Nací para servir. Encontré mi vocación y soy feliz. Feliz de dar. De ver las sonrisas en el rostro del niño descalzo cuando lo abrazo. Del joven que vaga por las calles cuando lo miro a los ojos y lo escucho. Soy feliz cuando puedo perder un poco de mi vida para que otro la gane. Cuando puedo, a través de las palabras o la escritura, llevar alegría y esperanza.
Es verdad lo que dice el Evangelio de hoy: "Quien pierde su vida por mí, la encontrará". Mt. 10, 34 en adelante.
Yo estoy dispuesta a seguir el llamado. Dios apuesta a mi. Yo apuesto a Él. A que con sus fuerzas y con Su amor, yo podré llegar. Podré vencer. El me dará las fuerzas para recorrer el mundo, para ir a llevar con entusiasmo su Palabra. Su luz, Su sabor, que tanto hacen falta.
Gracias Padre, por haberte fijado en la humildad de tu esclava.
Es verdad lo que dice el Evangelio de hoy: "Quien pierde su vida por mí, la encontrará". Mt. 10, 34 en adelante.
Yo estoy dispuesta a seguir el llamado. Dios apuesta a mi. Yo apuesto a Él. A que con sus fuerzas y con Su amor, yo podré llegar. Podré vencer. El me dará las fuerzas para recorrer el mundo, para ir a llevar con entusiasmo su Palabra. Su luz, Su sabor, que tanto hacen falta.
Gracias Padre, por haberte fijado en la humildad de tu esclava.
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La esperanza no falla,
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