Mil veces he intentado rescatar este blog del olvido. A veces lo sacudo, le quito un poco la telaraña... engañándolo a él y a mí misma, lo reconozco.
Ahora, mientras escribía para otro blog que pronto saldrá a la luz, sentí nostalgia. Releí algunos escritos al azar y tomé la decisión de dar un par de teclasos antes de partir (se escucha tan bonito "partir") y apagar este computador, que hoy me ha robado todas mis energías. Mejor ni les explico por qué.
En fin. Aqui estoy otra vez (recito mentalmente "vuelve el perro arrepentido...") queriendo recuperar esta aventura nuevamente. Quizá darle un giro no le vendría mal. Un poco más de fotos ahora que tengo cámara nueva. Un poco más de sentimiento, de espontaneidad, de realidades cotidianas, de sonrisas. Una vez por semana, si el afán no me permite una fidelidad diaria. Y así.
Veamos que pasa. Mientras, saludos a aquellos ojos invisibles que se topen por ahí con este manojo de letras atropelladas. Los quiero... porque si están leyendo esto, me regalaron de su valioso tiempo para hacerme valiosa en sus vidas; solo con eso, con leerme.
Para despedirme, una última cosa: ¡Vive!
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