jueves, julio 03, 2008

Libre



Mami me llamó a las cinco de la tarde de ayer, miércoles, para darme la buena noticia. Ella sabe que desde hace varios años, cuando leí su libro "La Rabia en el Corazón" me hice fan de su causa, de su valor. Por eso no dudó en avisarme en cuanto supo que al fin, después de seis años y medio de estar secuestrada por los "guerrilleros" colombianos, estaba libre.
Me puse tan contenta que me saltaron lágrimas a los ojos. En seguida, cuando cerré a mami, le mandé un mensaje por el celular a mi besuño amigo, Miguel. Necesitaba compartir esta emoción con alguien y no dudé escribirle mientras caminaba hablando sola y en voz alta, en medio del Campus universitario. La gente me miraba extrañada, cuando les cruzaba por el lado, diciendo: "Que bueno. Ingrid esta libre. Al fin la soltaron. Gracias Dios mio". No me importaba. Yo estaba, digo, estoy muy contenta y no lo puedo ocultar. Soy así. Ya pueden imaginarse que esta idea no me abandonó por el resto del día y me prometí a mi misma publicarlo a primera hora. Y aquí estoy, compartiendo con todos lo feliz que me siento.
Aun esta mañana, cuando ví su foto en la primera plana del periódico, lloré. Me tomé el café entre suspiros. La admiro tanto. Gracias a Dios, se hizo justicia. Yo creo que es una heroína, por su valentía y firmeza a pesar de correr peligro de muerte. Todo por ver su colombia libre de impunidad y de la podredumbre asfixiante provocada por la corrupción. Amén de su incuestionable integridad, con la que demuestra su fidelidad hacia su país. Ella muestra que vale la pena luchar, que sí se puede vencer. Que el bien sí puede destronar el mal. Bravo por tí Ingrid. Que gran lección nos haz dado.

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