lunes, julio 14, 2008

Mi dilema: ser o no ser


De pequeña me gustaba tomar un cepillo de pelo y mirarme al espejo, mientras hacia las veces de presentadora "Del Club de Isha", el programa infantil que más me gustaba. También recuerdo como me encantaban las libretas rayadas, especialmente las de hojas amarillas. Solía hacer tantos garabatos sobre ellas, y no porque no sabía escribir, sino porque "supuestamente" era una entrevista en inglés (del que no sabía ni papa), a un interlocutor fantasma, que sólo salía de mi imaginación esos días por la tarde, cuando mami se dormía y yo aprovechaba para escurrirme a escondidas en buscas de las libretas de Papá y de una tía que se había ido de viaje. Si mami se daba cuenta que no estaba en mi cuarto, durmiendo, como me lo había ordenado, yo soltaba el lapicero y la libreta y me mandaba "juyendo" para que no me viera.
La pasión que por mi despertaba tener lápiz y papel en la mano, es indescriptible. Yo disfrutaba hasta el aroma que desprendía el papel mezclado con el carbón del lápiz y el desgaste provocado por la goma de borrar. Rozaba mi rosto entre las hojas y metía la cabeza en ellas, como para embriagarme de su aroma y no olvidarlo jamás. Y así fue. Nunca he podido desprenderme de él, siendo, aunque suene extravagante, uno de mis favoritos. Ni el modernismo del computador ha podido separarnos.
Yo no sabía que quería ser periodista. Ni siquiera lo pensaba. Es más. El miedo y la timidez terminaron por convencerme unos años más tarde, antes de entrar a la "Uascamaima". Mi afición por escribir era inocente, porque me fascinaban las letras, hasta las que no entendía de las libretas de la tia que les mencioné, que es doctora. Pero, por más que intenté "safarme" de esta realidad que me persigue, y que a veces me atormenta, no pude. Aquí estoy, en medio de una pequeña redacción, saboreando la dulzura, el poder de las palabras. Porque eso de tener micrófono en mano, la verdad, aun pienso, que no es para mi. Eso eran sólo juegos de niña, nada más.
Mientras tanto, no me quejo. Como hacerlo. Si dejar que fluyan las palabras en mi, es uno de los más grandes placeres de la vida. Amo más su compañía que cualquier otra. Y me persiguen día y noche y no me molesta. Algo me susurra que mas que periodista, tal vez busco ser escritora. Creo que esta es una buena forma para descubrirlo. Que importan ahora mis temores.

2 comentarios:

Ivelisse Paulino dijo...

Sabes Naz, tienes ese don de escribir y llegar a la gente, creo, serás una excelente escritora. Adelante, no te rindas (como se llama el ultimo CD de Ambiorix Padilla), y como tu misma mencionas en tu blog, hay que correr el riesgo.

Ely Segura dijo...

Nazaret!!!

Periodista, escritora... Sé que seguirás dando buen uso al teclado o al lápiz que uses. Talento y sensibilidad sí que tienes, amiga.
Obedece al dictado de tu corazón.

Bendiciones pa' ti!!!

Ely :D