viernes, octubre 03, 2008

A María



Hace casi un año escribí lo que aparecerá más abajo y se lo envié a un grupo de amigos por mail. Anoche, después de recibir grandes bendiciones de Jesús a través del grupo de oración Rebaño Joven (gracias Señor, no sabes cuanto lo necesitaba. Si, si sabes) me quedé con la idea de hablar de María, su madre, nuestra madre. A próposito de que estamos en el mes del Rosario.
Sé que María promueve controversias porque algunos hermanos piensan que los cristianos cátolicos 'adoramos' a la Virgen. Y no es así. La beneramos, la admiramos -no faltaba más- por su extraordinario ejemplo de mujer de fe y por ser la Madre de Jesús. La Escogida de Dios. Ella es un instrumento de Dios, uno de los más poderosos, porque es madre de su Hijo, Jesús. Así como existen personas a las que pedimos que oren por nosotros cuando por cualquier razón, más cuando no andamos bien, eso mismo es lo que hace María. Pide, ruega por nosotros. Además nos protege, nos guia.
Yo respeto los pensamientos de cada quien. Mientras, no puedo negar que la admiro y que su compañía y su intercesión por mí han sido maravillosas. Tengo muchos testimonios de su acción en mi vida. Por eso aprovecho para hablar de ella, creo que nunca lo había hecho. Bendiciones.

A María...

Mi inspiración de hoy es una mujer muy especial en mi vida, que en momentos muy difíciles y situaciones en verdad insoportables, ha estado conmigo me ha protegido dándome su ejemplo. Estoy hablando de mi querida Madre la Virgen María.
No sé si ustedes sean tan Marianos como yo, pero de cualquier forma hoy quiero compartir con ustedes una reflexión en su nombre y dedicada, en especial, a una compañera de trabajo llamada Marcelle. La razón, en verdad la desconozco. Sólo puedo decir que anoche mientras pensaba en lo que pronto les contaré, ella llegó a mi mente y me motivo a escribir hoy.
Bien, resulta que hace uno o dos meses me encontraba en un retiro. Uno de los temas que tocamos se llamaba "María modelo de amor". El predicador dijo y explicó como María era el mejor ejemplo de fortaleza. Les digo. Nadie conoce más lo que es amar que Dios. Pero el amor que más se puede acercar al de Dios, es el de una Madre. ¿Saben por qué? Porque una madre soporta durante meses las molestías del embarazo y al momento de dar a luz, el dolor es irresistible. Pero al ver a su hijo, todo cambia, no importa cuan fuerte sea el dolor que esté sintiendo. Entonces, María entra en está parte. Quien más que ella conoce lo que es sufrir, incluso desde el momento de la concepción.

Imagínense lo difícil que fue eso de aceptar ser la madre de Jesús, en esa época. Un escándalo. Como es eso de concebir por obra del Espíritu Santo. El sólo pensarlo es una osadía. Eso era meterse en la boca del lobo. Ya saben que aquel tiempo era ganarse pedradas el sólo decirlo. Pero ella dijo Sí, que todo se hiciera bajo la voluntad de Dios. Ella estaba segura que Dios la libraría de todo mal, porque confiaba en El. "HE AQUI LA ESCLAVA DEL SEÑOR…" Y al final, cuando reaparece su imagen, es precisamente en el momento de la crucifixión. Su dolor era el mayor al que pudieran sentir cualquiera de los que le rodeaban. Pero a pesar de ello, María se quedó de pie ante la cruz. Ella se quedó de pie, a pesar del sufimiento de ver a Su único hijo, morir injustamente, insultado y despreciado por una multitud a la que sólo había hecho bien.

Por eso, como por muchas otras cosas nadie como María conoce tan bien lo que significa sufrir, pero sobre todo, María sabe también esperar, como nadie, ya que al final no queda defraudada. El sufrimiento que sentía pronto se vería recompensado. Su tristeza sería pronto alegría. Y ella, quien siempre estuvo humilde, sin esperar nada, sólo que se cumpliera la Voluntad de Dios, es hoy nuestra querida Madre, Modelo de mujer, de amor, de fe, de voluntad, de fortaleza, y tantas cosas más.

En este momento, recuerdo al predicador. El nos invitaba a que cada vez que estemos pasando por una situación en la que no encontramos salida, que no tiene explicación, o que no encontramos los resultados que queremos en el trabajo, en nuestra vida personal, en nuestra familia. Si te encuentras esperando una respuesta de Dios, ante una circunstancia determinada de tu vida, necesitas orden, necesitas ayuda porque ya no puedes más, entonces AGÁRRATE DE MARÍA, que ella sí sabe lo que es esperar y que todo el que espera en Dios, no queda jamás defraudado. Recuerda que Dios te da lo que necesitas en el momento justo, adecuado. A veces lo que quieres no es precisamente lo que necesitas. Y Dios, que si te conoce, sabe que es lo que necesitas y cuando. Si no has recibido lo que quieres, REPITO, agarrate de María. Que tal vez no es momento para que lo recibas y Dios te está preparando o bien no es lo que necesitas ahora, por el momento. Dios nunca dice a secas : "no". Más bien: ahora no, no es el momento, te estoy preparando. Aprende al luchar y a esperar. No te canses jamás y acercate, como los apóstoles en aquel inolvidable Pentecostés, a María. Que ella ya sabía demás lo que era la acción de Espíritu Santo.
Acude a ella. Su ayuda siempre está disponible para nosotros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho tu blogs.http://nazareno7274.blogspot.com/2008/09/pequeas-vacaciones.html