viernes, diciembre 21, 2012

Sobredosis

Disfrazarse la angustia, el dolor a cuestas.
El abismo está ahí, frente a sus pies.
Un paso más, un paso más, y cae.
Parece morir, agonizar. Alguien tenga piedad, ¡por favor!

¿Dónde están todos? ¿A dónde se fueron?
Miren como corren los ríos en su mirada perdida.
¿Es que no se dan cuenta?
Cree que todo está perdido. ¿Es que aún existe?

Oh, la herida... ¿A caso no la ven?
Está ahí, donde se esconde la noche.
No hay quien se atreva, no.
¿O es que ha nadie le importa?

Todos están muy ocupados para voltear a ver.
Mientras tanto, se muere, lentamente.
Agoniza, salivando alguna plegaria.
Musitando recuerdos que siempre quiso olvidar.

Todo fue en vano.
Se quedó arrastrado las cadenas,
descifrando sueños,
realidades.

La soledad, la más fiel de las compañeras,
aguarda fríamente.
¿Qué pasó?
Se convirtió en olvido.


1 comentario:

La Hojarasca de Mario dijo...

Solo la soledad que crece y crece