Soy insegura. Me paraliza el miedo. Tengo complejos y mis sentimientos tienen mucho poder sobre mi. Me cuesta tomar decisiones. Soy intolerante a la lactosa y alérgica a la tuna y el bacalao. Hablo muy rápido. Soy muy olvidadiza. No me gusta hablar mucho por teléfono y soy impaciente para esperar. Mi perfeccionismo es enfermizo. Trato de ser puntual al extremo. Soy tímida y reservada. Suelo dejar asuntos inconclusos, como libros. Soy portadora falcémica y el asma me acecha de vez en cuando. La miopía y el astigmatismo me obligan a usar anteojos para leer y conducir. Soy pequeña. Me cuesta que me corrijan. Soy extremadamente sentimental y sensible. Mi corazón aprendió a cerrarse a causa del dolor. He dejado de ser detallista y tomado muchas malas decisiones.
Pero ante todo esto y muchas otras cosas más, fui hallada un día por Dios. Desde entonces, no hace más que rescatarme a cada instante de mis tantos errores, con lazos de amor.
Atravieso un momento en donde todo es incierto, salvo una cosa: que toda mi vida quiero que sea de la mano de Jesús. Mi amor por Él es lo único que tengo claro.
2 comentarios:
Eso simplemente hace que todo lo anterior que mencionaste sea insignificante, pues cuando Jesús es tu presente, el pasado, por oscuro que sea, YA NO IMPORTA!!!! Pero aun con esto, no me confundo, significa que mi admiración por ti, en si es por lo que Jesús ha hecho en ti... No me confundo, pues al verte tan pequeña, es cuando SU GRANDEZA se manifiesta...
Excelente, ya te conoces bien y te ves como eres. Ahora quiero leer también un post sobre todo lo bueno que tienes y lo que te gusta de ti. Que también eso es obra de Dios.
Publicar un comentario