viernes, septiembre 19, 2008

Desiciones



Anoche me pasó algo que todavía no sé que fue. Estaba buscando unos documentos y quería dejar todo listo para en la mañana no tener que andar dando vueltas y perdiendo el tiempo. Mientras movía papeles y revolteaba gavetas, buscando, de repente algo me detuvo. Me quedé paralizada, me perdí en el recuerdo de mi vida hace cuatro años. Si. Una serie de sucesos rodeaban cual película mis ojos. Tantas cosas he vivido... tantas experiencias, tantas pruebas. Cuantas desiciones arriesgadas. Todas desde entonces han forjado este presente que hoy vivo. Pensar que cada una de esas cosas que hice o no, que dije o que preferí callar, han dado forma a mi presente. Y me refiero a esos cuatro años porque tiendo a clasificar mi vida por etapas. Siento que ésta empezó precisamente en el 2004 y no sé porque razón, algo me dice que se está cerrando.

Allí sentada en medio de papeles, folders, libretas, libros; con mi pelo recogido, ropa para dormir, el gato merodeando (le gusta jugar con los papeles), tuve la sensación de que era hora de dar un rumbo nuevo a mi vida. Que "es" el momento de hacer cosas y dejar que otras se marchen, aun me duela. De abrir mis alas hacia nuevos horizontes, y volar hacia donde los vientos quieran llevarme. No es que me vuelva una libertina ni mucho menos. Más bien se trata de liberar sentimientos, miedos, asumir nuevas responsabilidades y abandonar otras.

Es muy difícil para mi explicar todo lo que pensé sentada sobre un libro, en el medio del cuarto. No creo que entiendan mucho. Ni yo misma puedo. Pero algo pasó. Y cuando me paré del suelo, supe que no iba a ser igual. Tomé mucho de esos papeles y los eché a la basura (lo que me dolió mucho, porque soy "papelera"), me lavé las manos y pensé: "Tienes que hacer algo. Ya no será lo mismo". Entonces, dejé a un lado a "Rayuela" y tomé la Biblia. Era hora de que Dios dijera algo, pensé. Pero luego supe que ya lo había hecho. Cuando la abrí, busqué La Carta de Pablo a los Romanos, como por "Di for" . Y ahí leí: ... "Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?
Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia. Y de igual manera, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es según Dios. Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio".
En la Biblia Latinoamericana dice al principio de esta forma: Todo es esperanza. ¿Quieres ver lo que esperas? Entonces ya no sería esperar... Como soy muy curiosa, estas palabras son una dulce bofetada a mi inquietud. Me sonrio como diciendo: "Si. Esta bien, espero". Así es. Tengo que esperar y confiar en la Voluntad de Dios, porque estoy convencida de que todo "lo hace para el bien de los que lo aman".
Bueno, una nueva etapa comienza. Yo estoy a bordo en el barco de Cristo. Aun en la tormenta, aun en mi soledad, te alabo en verdad... Jejeje, eso no era lo que iba. Decía que estoy en el barco de Cristo, con Él confío que arribaré a un puerto seguro. Lo puedo sentir.
¿Quienes se quedaran conmigo en esta nueva aventura? Me nacen tantas preguntas... Ssshuuu... Espera.

No hay comentarios: