jueves, junio 19, 2008

Prendada a ti


El rostro en tus pupilas no es el mismo
Ni el cuerpo entre tus brazos
Ni la voz en tus oidos.

Me resigno ante la desgracia
Me humillo frente a la cobardía
Me avergüenzo torpe ante mi locura.

Atormentada en la espera
Me consuelo en la agonía
De que en un sueño no lejano
Cuando te mires, te des cuenta,
que soy tuya todavía.

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