lunes, enero 19, 2009

La alegría del cristiano


"Despierta, despiertate, Sión
Ponte el vestido más bello.
Quítate el polvo y álzate
danza Jerusalén".

Esta 'pequeña' canción la interpretó Salvador Gómez el último día del retiro;un domingo por la mañana. Precisamente la charla de ese día se titulaba -algo así : "Cómo vivir en domingo" y se refería a como podemos hacer de nuestra vida y nuestros días, un eterno "domingo", que para los cristianos es lo mismo que decir una eterna "fiesta".
Hasta para los que no son creyentes, el domingo es un día de "estreno": de ponerse la mejor ropa, salir al cine, fiestar, compartir. Un día alegre.
Por eso, Salvador nos pidió ir con nuestra mejor ropa aquel día. No entendíamos bien por qué, hasta que empezó la charla. Nosotros, que tenemos y contamos con la gracia de "santificar la fiesta" celebrando la Eucaristía y de esa forma recibir a Cristo en Palabra, Cuerpo y Sangre, debemos estar más que contentos. Es un privilegio tener Iglesia, ser parte de una comunidad, tener hermanos en la fe; con los cuales podemos compartir a un Jesús vivo.
Hay muchas maneras de vivir en domingo. Y muchas razones, de las que ya les he mencionado algunas.
Ayer, en el grupo de Oración "Jesús amigo" reviví aquella enseñanza que tanto me tocó y sentí una alegría enorme en mi corazón. Cuando terminamos la oración final, cantamos una canción "de la vieja guardia" que a muchos ya les parece hasta 'cansona' o repetitiva. Pero anoche, la medité más que nunca y puedo decir que fue la primera vez que la canté completamente consciente y convencida de lo que hacía. Esta es "UAPAPA" (creo que se escribe así). Dice: "El Espíritu de Dios me transformó, mi corazón de gozo llenó". Uyyy!! Siento un escalofrío mientras escribo, es genial!!
En realidad puedo confesar que Jesús "ha cambiado mi lamento en baile", me ha "ceñido toda de alegría". Cuanto a cambiado mi vida desde el momento en que me 'encontré' con Dios
Y le pido hoy, con mi poca fe, que me ayude a estar siempre alegre, a pesar de todo. Por encima de toda tribulación, de cualquier enfermedad, de las angustias; que mis labios siempre estén prestos a mostrar una sonrisa. Que mi corazón rebose de alegría en el Señor, para que otros se puedan contagiar y puedan ver a través de esta humilde "sierva" a Jesús, mi amado.

ALÉGRENSE
Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4, 4-7.

No hay comentarios: