Qué difícil levantarse por la mañana ( 5:30am) cuando llueve con ternura y el clima te invita a quedarte acurrucado/a bajo las sábanas tibias. La realidad sin piedad te sacude y te empuja a las frías aguas que te cortan el cuerpo y que te despiertan a las malas. Ni modo, hay que salir a la calle en busca del pan perdido, a mojarse los trapos y pescar resfriados esparcidos en la brisa, la humedad de la guagua y el hermetismo colosal del aire artificial.
El tiempo es tan gris como el humor, el ánimo y las esperanzas de las personas. El temporal combina con la corrupción. Las lluvias inesperadas con la ineptitud de las autoridades, que ya no sorprenden ni al más crédulo. Inundaciones que ahogan el optimismo. Derrumbes que se llevan el deseo de vivir, de luchar, de ser diferentes, de soñar.
Huele a mocato el mundo. Y hay gente que ya no le molesta. Está acostumbrada y no distingue.
Tanta droga, asesinatos, burlas, hambre, pobreza, injusticia, impunidad. Tanta vanidad, egoismo, hipocresía, ambición desmedida. Tanta soledad, carencia, enfermedad, olvido, mentira. Tanto de todo y de nada.
El mundo ataca fuerte, piensa que lleva la delantera. Cualquier corriente que llega arrastra al que no está preparado.
Existe el bien, no hay duda. Pero nos dejamos llevar por la corriente. Es más fácil que nadar en su contra. Plantamos sobre la arena porque no hay tiempo que perder. Y nuestras "seguridades" se pierden ante la menor brisa. La decisión es difícil. Vivir es difícil. Levantarse aun más. Ahora creo que es más valiente el que tiene que "levantarse" que el que nunca ha caído.
Es un día frío y extraño el de hoy. Sin embargo el corazón no se detiene. Su luz no se apaga. "Y sigo andando: estaba distraído, no destruido. ¿Desistir de existir?Resistir opto". Yuan.
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