La vida es un viaje, en la que cada uno somos "pasajeros". Durante nuestro paso ocurren un sin fin de aventuras increibles, algunas dignas de contar, otras, no tanto. Y, desde mi lugar de los hechos, quiero mostrar -a veces con alma de poeta, con nostalgia, dolor, alegría o música- todo lo que se me o me ocurra. Tal como soy: versátil, sencilla y auténtica.
miércoles, julio 16, 2008
Maleta de sueños
De camino al trabajo, ví a muchos que al igua que yo, se preparaban para la faena. Unos en sus buenos carros o jeepetas, otros más sencillos, esperando el carro público: mujeres en "tubi" o en "anchoitas", hombres con la cara cuajada del sueño. Otros a pie, como un joven, que con tenis y bulto en mano, se dirijía al play de los sueños, buscando una firma. Algunos empujando su triciclo de jugos de china y "frikitaqui" (pan tostado con queso y un jamón malísimo) o estáticos, con un puesto de arepa, café y té o, claro está, de empanadas o fritos con salami y espaguetti. Todos con una meta en común, palear la "olla" y conseguir unos chelitos para amortiguar mejor esta situación que nos tiene más exprimidos que un gajo.
Con todo y todo, somos un pueblo que lucha. Que le madruga y le sonríe al mal tiempo. Que se reivindica. Que cree. Me siento muy orgullosa de mí país, a pesar de la crisis y de la mudez que a veces soporta a las injusticias. Somos un pueblo hermoso, con una gran historia. Con unos Padres de la Patria, que nos dejaron una nación digna, con marcas de valentía y heroísmo por doquier. Hoy guardamos estos recuerdos, algunos, dentro de nuestro baúl de sueños, con lo que esperamos algún día llegar hasta la meta.
Etiquetas:
Cosas de nuestro idioma,
La vuelta al mundo,
Reflexiones,
sin maleta
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario