Sigo sin entender. Leer este título en uno de los portales de noticia mundial me ha causado más alarma que el juego de ajedrez que hizo nuestro presidente reelecto Leonel Fernández en su gabinete. (Por cierto, dizque Alejandrina no quiere la Secretaria de la Mujer... Bueno... eso escuché, no me hagan mucho caso).
Pues bien. El caso que me ha robado el aliento, sucedió en el Estado de Texas, en el distrito escolar de Harrold, donde ahora los maestros tendran pleno permiso de portar armas de fuego dentro de las aulas, "dizque" para proteger los estudiantes y otros profesores de ataques violentos, como los ocurridos, por ejemplo, el pasado año en la Universidad Tecnológica de Virginia.
Y yo quiero que me corrijan si es que estoy equivocada, pero no creo que esta sea la mejor solución a este problema. Nunca he sido abanderada de vencer a mal con el mal. No lo digo por cuestiones religiosas ¿o sí? El caso es que sin importar credos, Dios no se ha equivocado al plantear el NO rotundo al ojo por ojo. Que se yo... Ni yo misma entiendo.
Esto me ha dejado consternada, confundida, alarmada. Ustedes se imaginan este caso: "John (por decir un nombre) cállate o te disparo". Claro, no debo ser extremista. Esta medida es sólo para los casos especiales de peligro escolar. Pero no puedo evitar pensar en esta posibilidad. Todo lo que a la mente llega cuando una persona acaricia tan de cerca este malevolo poder. Eso es una tentación, todo el que porta un arma quiere usarla. Es un vicio.
Pero, y si la dejan mal puesta. Si la olvidan en un descuido humano y un niño la toma y hasta por "jugar con ella" sucede una tragedia. Sólo imaginarlo me da escalofríos, "uuuiiii".
La película de sucesos posibles con este caso, revolotean en mi cabeza sin parar. Repito: estaré equivocada. Si es así, sáquenme de este error, por que no lo comprendo. Estoy abierta a las opiniones.
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