La vida es un viaje, en la que cada uno somos "pasajeros". Durante nuestro paso ocurren un sin fin de aventuras increibles, algunas dignas de contar, otras, no tanto. Y, desde mi lugar de los hechos, quiero mostrar -a veces con alma de poeta, con nostalgia, dolor, alegría o música- todo lo que se me o me ocurra. Tal como soy: versátil, sencilla y auténtica.
jueves, agosto 07, 2008
Nada es imposible para Ti
Ayer me encontré con Yaneris, una colega y amiga que conocí en hace tres años, cuando ambas formamos parte del grupo de periodistas por un año en el periódico Listín Diario. Cada una ha tomado caminos distintos: Yo sigo aquí y ella prueba su talento en Uepa como Editora Asociada. Hace mucho tiempo que no la veía. Nos comunicabamos de vez en mes por e-mail o messenger. Ella estuvo presente en el encuentro de jóvenes que tuvo lugar en Sydney, Australia desde pasado 15 al 20 de julio. Tenía muchas experiencias que contarme y por supuesto, yo estaba "loca" por escucharlas.
A nosotras algo particular nos hace parecidas. Desde que nos conocímos, nuestras realidades coincidian. Casi idénticos los problemas de casa y para colmo, tuvimos nuestros respectivos novios para la misma fecha. Ah! Y según lo que ella me contaba, se parecía mucho en carácter al mío. Era tan extraño. Cuando nos contabamos algo, siempre nos mirabamos a la cara, sonriendo por nuestras coincidencias. Aunque yo siempre la he admirado por su gran paciencia y organización, en lo que me sobrepasa y por se grandemente bendecida por el Señor.
Precisamente en nuestro encuentro de ayer, luego que le hiciera una entrevista a su jefe, hablamos sobre su gran experiencia en su encuentro con el Papá y de cómo Dios empezó a tejer maravillas en su vida desde que empezó a organizar su viaje. Realmente grandioso, asombroso. Ella me dice, con sus ojos brillosos "yo no sé que más podrá hacer Dios para superar esta experiencia. Ha sido demasiado", me comenta mientras arroja un risa sutil. Yo le digo que se prepare, que Dios todavía le tiene guardada algunas sorpresas más. Ambas reímos. Yo me siento tan feliz por ella y por mi, que puedo ser testigo de los milagros que hace Dios en los demás. Es como si lo hiciera en mí. Ahhh!
Ahí mismo, llegamos al tema sobre como "anda" nuestra vida sentimental. Yo la dejo empezar. Según la escucho, pienso: Dios mio, lo mismo que a mí. Cuando termina, le respondo: "No tengo nada que decirte. Me ha pasado igual a mi". Lo hago, casi entre lágrimas, pero no quiero sacar mis emociones. "Estamos en un lugar público", me digo.
De todas formas, le cuento un poco de la historia, no es necesario abundar. Entre emociones, palabras de sorpresa por lo que Dios hace en nuestras vidas, llegamos a la conclusión de que Dios lo hace todo bien, perfecto. El no se equivoca. Ambas agradecimos lo que hemos vivido y nos confesamos confiadas en el Señor, precisamente porque nos encontramos con la incertidumbre, con el "y ahora que pasará".
Pero eso no nos importa. Estamos seguras de que Dios quiere lo mejor para nosotras (para todos). Que no tenemos porque tener miedo, porque como hemos sido testigos, nada es imposible para El.
A quienes lean este post, quiero confirmárselos. Yo soy un testimonio vivo de que Dios tiene Poder y es capaz de hacer milagros. Tenemos que confiar y esperar en Su respuesta, en Su Voluntad. Aunque nos sintamos confundidos, inseguros, tenemos que confiar en El. Dios es sabio y nos ama. El sabe lo que necesitamos. Jamás nos negaría la felicidad. Dice la palabra en Romanos que "si quieres ver lo que esperas entonces ya no sería esperar". Dejémonos guiar por el amor de Su Hijo Jesús y caminemos con la esperanza de que todo en El esta bajo control. No hay de que preocuparse. El es Dios. Nada le es imposible.
"Cree en un Dios Grande, y verás grandes cosas".
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1 comentario:
Hola, Amiga. Te juro que me has hecho llorar. Nunca me había imaginado ver parte de mi vida escrita ni siquiera en el blog de alguien más, y si ha pasado, es porque ha valido la pena. Precisamente ayer escribí un post muy personal que muy pocos podrán entender, y ahora que lo pienso, tú podrías ser una de esas pocas, pues ya te conté gran parte de la historia. Mañana lo subiré, pues se fue la luz cuando lo terminé de escribir (¡Bendito país!), pero luego de leer tu post tengo la obligación de tomarme mi tiempo para escribir de esta experiencia. Tal vez sin detalles, pero con lo más importante: las ganas de que otros sepan que DIos se manifiesta en nuestras vidas. Un abrazo y ánimo, que tienes las pilas bien puestas con este blog.
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