lunes, marzo 23, 2009

Página 66

El libro que me tiene encantada... debajo, mi cátedra de Felix el Gato.


La dejé atrás hace rato, pero unas palabras, que transcribiré más abajo, me... (no sé que adjetivo poner).
Tengo tanto vicio, que me acosté a media noche leyendo esta novela. No puedo despegarme. Me tiene atrapada. Aunque no quiero, tengo que soltarla, para comer, para dormir. Soy de las que se "mete" en las historias y se olvida del mundo. Ayer, salí con unas amigas, y no quería ni soltar el libro para bañarme. Es más, que me perdonen mis amigas, pero ni quería salir, jajaja!
Pero si me llevo de eso, tampoco anoche hubiera dormido.
Quiero compartir un fragmento corto que, por alguna razón, me impactó (ese es el adjetivo).
Además, quiero resaltar que, por lo que les escribo y por el título del libro, se darán cuenta que trata un tema religioso. En verdad, es una muy buena novela de suspenso que se deja leer, por la hilaridad que mantiene al narrar los hechos, y por atrapar en la trama al lector. Hay más. Por ahora, conformense con ésto.

"Cuando uno sufre, y sobre todo cuando sufre mucho, el verdadero peligro no es el sufrimiento en sí, sino creer que ese sufrimiento es inútil y que Dios se ha olvidado de ti. En cambio, sin contra toda lógica y contra toda esperanza humana, se mantiene la fe y se sigue creyendo en el amor de Dios, el corazón permanece firme y ese corazón bombea la suficiente sangre como para resistir las mayores calamidades y terminar venciendo. El que se resite, gana".

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