En principio, fue algo difícil levantarme. 5:45 a.m marcaba el reloj, y se supone que debía saltar de la cama, tomar una ducha y empezar a programarme para la "faena" del día. La idea no me molestaba. Las vacaciones me hicieron pensar que no es tan pesado como se pinta. Si la misma Palabra nos dice que el trabajo dignifica al hombre.
Mientras me vestía, le daba gracias a Dios porque tengo motivos para levantarme. Porque tengo sueños por los que luchar y esos no se consiguen dormida en una cama hasta media mañana. ¿Qué el descanso es vital? No hay duda. Pero por el fruto de nuestro esfuerzo somos recompensados, no sólo económicamente, sino moral, emocional y hasta espiritualmente. Con nuestro empeño, no sólo nos ayudamos, sino que ayudamos a quienes nos rodean. Edificamos.
Al mirar el cielo iluminado ya a las 6:45 am, a bordo del vehículo que me encamina hasta la oficina, sentí un gran alivio: aun tengo trabajo. Y tengo razones de sobra para decirlo y repetir reiteradas veces, gracias Dios. La situación, que no es un secreto, no está nada fácil. Más creo contra toda esperanza que pase lo que pase, "la esperanza no falla, porque el amor de Dios, ha sido derramado en nuestros crazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". Romanos 5, 5. Dios es mi Gran esperanza (salmo 71, 5). Con él no tengo porque temer, porque el es mi roca y refugio.
Así que hoy me siento muy optimista. Y vengo a reanudar mis labores con todas las ganas, esperando en Dios. Lo que me toque, lo aceptaré con amor (con la ayuda de Dios). Esa será mi bandera, mi distinción. El amor. En medio de altas tarifas eléctricas, golpes de Estado, aviones cargados de "malas noticias", "tirijalas" de cementeras, pretendo ser una luz. Aunque parezca para muchos una novela de ficción. Esta será mi vida, contada siempre bajo la sombra de Cristo, amarrada a Él. Sólo de decirlo, me hace sentir comprometida. Ser y hacer la diferencia... no pienso que sea nada fácil. Pero al mismo tiempo, tengo esa sensación agradable en el estómago, de emoción, ilusión...
¡A luchar! Que hay muchos que necesitan saber que no todo está perdido. He vuelto.
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