Disfrutando cada segundo. Saboreando la dulzura de estar viva. Admirando la virtud de respirar, de caminar, de ver, de sentir...
Plena de emociones, siento que reviento de tanta alegría. Me siento una "creatura" privilegiada. Un ser humano hermoso, porque fuí creada bajo las amorosas manos de un Padre (Dios) que me adora.
Feliz. Suspirando a cada latido de mi corazón. La sangre me fluye ligera. Siento que de pronto se me acristalan los ojos. Y los cierro, y en la oscuridad del parpadeo, me veo por dentro, y no me asusto. Por el contrario. Me sorprendo, porque me gusta lo que veo. Tal como soy, soy feliz.
Esta semana ha sido intensa. Recuperandome de una pequeña recaida de salud y, muy a pesar de mis malestares, me siento saludable. Me siento ¡viva!
Anoche disfruté "la noche" como nunca. Rodeada de gente que quiero, viví. Bailé, sentí la música, abracé, salté, reí, canté, cerré mis ojos, tomé un poco de vino y me olvidé de los conflictos, de mis miedos, de mis preocupaciones y... viví.
Sólo eso. Disfrutando cada paso, cada mirada, cada abrazo, cada gesto, cada palabra, cada ritmo... cada ocurrencia, cada sonrisa, cada foto, cada gente.
Siento vida, plenitud. Y eso no lo cambio por nada. Ayer, un día no planificado, fue el mejor de cualquiera de mis planes. ¿Cómo pagarle al Señor tanta gozo en mi corazón? Por el momento, diciéndole eso: muchas gracias Dios.
No sé que será para otros vivir la vida. Yo sólo sé y compruebo que para ello no es necesario hacer miles de cosas. Basta mirar el cielo, contemplar la belleza de lo que te rodea y dar gracias a Dios. Respirar, a todo pulmón. Hablar con tus seres queridos, sonreír, amar... Vivir la vida es eso: vivir. Cada segundo, sin importar lo que venga, asumirlo y seguir adelante. Disfrutar los instantes, los pequeños detalles, por más nimio que parezcan.
Y para tí, ¿qué significa vivir la vida?
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