Esta semana no tendré mucho tiempo para postear. Ya saben, por "gajes" del oficio.
En tanto, Dios no descansa y como siempre, se aparece como mi Consolador en mis momentos (...) enviando esta palabra que es ungüento para mi corazón, para mis ansias, para mis preocupaciones. Su ayuda llega justo cuando se terminan mis fuerzas. Es ahí donde empiezan las Suyas. Y eso me encanta, porque cuando todo está en las manos de Dios ya no tengo de que preocuparme. Estoy segura que todo marchará a la perfección. El es mi Buen Pastor que me dice -y te dice: "No temas mi pequeñito rebaño".
Gracias Señor, por ser mi Rayo de luz.
PD: Cuando dejamos a Dios ser 'Dios', las cosas marchan mejor. Son, como tienen que ser. Tienes razón Miguel... gracias.
La Palabra de hoy es fascinante, pero aunque quiera, no puedo hacer un comentario. Que el Señor ponga en sus corazones el mensaje que quiera.
Bendiciones.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a Tito (3, 1-7)
Querido hermano:
Recuérdales a todos que deben someterse a los gobernantes y a las autoridades, que sean obedientes, que estén dispuestos para toda clase de obras buenas, que no insulten a nadie, que eviten los pleitos, que sean sencillos y traten a todos con amabilidad. Porque hubo un tiempo en que también nosotros fuimos insensatos y rebeldes con Dios; andábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres; vivíamos una vida llena de maldad y de envidia; éramos abominables y nos odiábamos los unos a los otros. Pero, al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia.
Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 22
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. El Señor es mi pastor, nada me faltará. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (17, 11-19)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!”
Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”.
Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
1 comentario:
Me gusta mucho todo lo que escribes!
Cuanta razón, cuando dejamos las cosas en las manos de Dios no tenemos por qué preocuparnos, no hay unas manos mejores para dejar nuestros asuntos :)
Un abrazo y que Dios te bendiga!
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