Se terminó "la bola". Por lo que a mi y a mi hermana nos toca volver a nuestra vida de peatonas matutinas, que se aventuran por las calles citadinas, para abordar un vehículo público que las conduzca a sus trabajos. Así, de buenas a primeras, escuchamos la noticia que nos llegó de imprevisto (primer sobresalto) mientras la esperabamos tempranito como de costumbre. De mi parte, lo recibí con incomodidad: "Chanfles, porque no nos avisaron con tiempo", pensé. Al menos a mí me costará desacostumbrarme a escuchar la misa por las mañanas con tranquilidad (eso es lo que más me preocupa, creanme). Yo tengo mi radito del celular, pero en las guaguas a veces (o siempre) con el ruido que hay... es imposible.
Pero a mal tiempo, buena cara. No tengo más remedio y me toca adaptarme a mi antigua vida.
Hoy salimos un poco tarde. Y para colmo el chofer con el que "abordamos" a chepa -porque por poco y se vuela la parada- manejaba impaciente, tocando bocinas cada 10 segundos y frenando de golpe (segundo sobresalto). Yo intenté mantenerme serena. Trataba de concentrarme en la música que por lo menos no era bachata. (No tengo nada en su contra, pero a esa hora... prefiero no escucharla). Casi no pude. Estaba inquieta por salir de allí y caminar. Llegar caminando, si. Como Forest Gump.
Al fin, cuando se abren las puertas y veo mi libertad de aquella prisión de ansiedades, respiré profundo, miré al cielo y dije: "gracias". Me sentí aliviada.
De camino recordé cuando en el día de ayer el chofer de una "voladora" quiso entrarle a golpes a un "skim ice" porque se subió a ofertar sus "productos" a unos pasajeros. Sentí al pensarlo (otro sobresalto) un gran pesar: "Dios mio, que es lo que pasa con la gente. Todo lo quieren resolver a golpes, con violencia." Por suerte, el tipo del 'Skim Ice" lo tomó con calma, porque sino...
Ya llegando, después de revisar mentalmente mis compromisos del día, cuando me dispongo a buscar la agenda para confirmarlo: ¡Voilá! No aparece. "It vanish" me lamento. La busco por todos lados aquí en la oficina y nada. Llamo a casa (cuarto sobresalto) para pedirle a mami que me ayude a buscarla. Mientras pasa el tiempo, decido escribir lo que ustedes ahora leen. Pero la preocupación y el sobresalto, no se apartan de mi cabeza, porque para colmo de males, tengo unos números muy importantes de alguien que debo contactar antes de las 10:00 am y... para que les sigo el rollo.
Mi mamá me devolvió la llamada hace poco para decirme lo que yo ya sospechaba: no la encuentra. Le agradezco su respaldo. Ella trata de animarme y de hacerme recordar donde pude haberla dejado. Pero nuestras conclusiones nos llevaron a un peor fin: alguien tuvo que tomarla de mi cartera, porque en el análisis al estilo "SherlocK Holmes" me dí cuenta que me faltan otras cosas de la cartera. No de mucho valor, pero no estan y tampoco estan en casa (quinto sobresalto).
Que puedo decir... nada. No estoy molesta, pero si preocupada. Y ahora, ¿quién podrá ayudarme? Uff!
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